Thmubnail
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El cielo que en el centro de Turquía enmarca al territorio conocido mundialmente como Capadocia, es uno de los más visitados y admirados del planeta. Si bien el peso de la historia y la geografía contribuyen a despertar interés turístico, son los globos aerostáticos los responsables de darle a este sitio un carácter único, una esencia muy particular.
Ya se ha vuelto una costumbre fascinante contemplar el horizonte para enamorarse con vistas panorámicas muy coloridas y renovar una y otra vez, la atracción por ese entorno real que parece la escenografía de un escenario de ficción.
Para hombres y mujeres de diversas nacionalidades, realizar una travesía que incluya en el plan de viaje a este rincón turco que los locales denominan Kapadokya, es una inversión de tiempo y dinero que rinde sus frutos al combinar cultura, naturaleza, religión y la estimulante aventura de pasear a bordo de un globo por encima de curiosas estructuras rocosas que son resultado de una actividad erosiva prolongada por miles de años y un universo que devela tradiciones, labores, conocimientos, organizaciones sociales, estilos de vida y creencias de muchísima antigüedad.


Arte natural
En esta superficie de Anatolia Central que posee un incalculable valor histórico, reina la toba calcárea. Este material, por efecto de la erosión, el contacto con el agua y la influencia de cambios de temperatura, ha ido adquiriendo un modelado fuera de lo común que hoy le imprime una identidad particular y muy exclusiva a este destino turístico.
Aquellos que miran de cerca la magia geológica de Capadocia, concluyen que el panorama se asemeja a la apariencia lunar y cumple todas las condiciones para ser reverenciado como un paraíso perfectamente diseñado. Desde hace varias décadas, las riquezas rupestres y el Parque Nacional de Göreme, que atesora esta zona distanciada de Estambul por poco menos de 800 km, son patrimonios de la Humanidad, tal como ha reconocido oficialmente la Unesco. El poderoso efecto visual de la región se complementa y robustece con datos relacionados al origen y a los contextos de estas formaciones rocosas que además de belleza, tienen importancia cultural. 
Según refiere la documentación teórica, en el siglo IV hubo gente que se asentó en el valle de Göreme y sus cercanías. Por fortuna, aquello que en algún momento surgió allí no se ha extinguido y es una fuente actual de aprendizaje y contemplación. 
La naturaleza hizo lo suyo para cautivar al ser humano de ese entonces y cobijarlo, pero también los pobladores dejaron sobre ese suelo un rico legado que debe protegerse y divulgarse para que este testimonio ancestral, no caiga en el olvido ni opacado por el transcurso del tiempo.
Esa conjugación exquisita le suma encanto a Capadocia, donde perduran rastros de aldeas subterráneas y viviendas trogloditas. Imposible no sentirse en una tierra de fantasías cada vez que la vista se posa en pirámides talladas por una fuerza superior a la del hombre conocidas popularmente como chimeneas de hadas. Diferentes alturas, texturas y tonalidades cambiantes en función de cómo y cuándo llega la luz del sol, componen una fórmula que conmueve y pone a prueba la capacidad de asombro.
Tampoco hay que pasar por alto a los santuarios prehistóricos que fueron gestados en el seno de las manifestaciones de arte bizantino de la época que le siguió a la etapa iconoclasta. A mano, con sacrificio y teniendo a la toba calcárea como recurso, los habitantes más primitivos fueron creando almacenes, hogares, templos, establos y cuevas.

Un destino turístico imperdible
Quien llega a Turquía no debería marcharse sin antes visitar Capadocia en toda su extensión, dejándose agasajar por propuestas e infraestructuras propias de la era moderna pero prestándose al juego de viajar de alguna manera en el tiempo y hacia el cielo y de ser un intruso avanzando por mágicos senderos de ensueño.
Es un destino turístico que de por sí, se erige como un museo a cielo abierto capaz de captar la atención de chicos, jóvenes y adultos. Cada puesta del sol, así como cualquier instante, constituye una obra de arte en medio de ese imponente terreno de gran antigüedad que está repleto de atractivos. También las expectativas de los amantes del turismo religioso resultan ampliamente superadas al descubrir en medio de esos paisajes iglesias de diversas características y dimensiones. Entre ellas llama la atención la iglesia rupestre más diminuta y sencilla pero enormemente estupenda, bautizada como Elmali Kilise. Tokali Kilise, por su parte, sobresale en Göreme por ser un santuario grande, que para favorecer su conservación, ha sido sometido a un minucioso proceso de restauración.
Para palpitar la noche y tener rutinas más dinámicas, conviviendo con el pasado desde un presente moderno y elegante, el área de Ürgüp se torna ideal. De querer irse de esta región con el objetivo cumplido de volar en globo, en tanto, es conveniente asesorarse con anticipación, ya que hay múltiples compañías que brindan el servicio de paseo en globo aerostático. Para que la travesía resulte lo más gratificante y segura posible, es recomendable contratar una empresa que haya alcanzado una buena reputación y esté seriamente constituida. 
A la hora de analizar y comparar organizadores de esta clase de viajes aéreos, hay que priorizar que los pilotos a cargo sean calificados y experimentados, que la cantidad de gente a bordo sea lo más reducida posible y que por supuesto, las condiciones de seguridad y el estado de la estructura sean óptimos. Los buenos comentarios, las notas en revistas con imágenes impactantes, como comentarios publicados en redes sociales, y sitios de Internet por viajeros que ya realizaron el tour, son útiles para saber con quién y de qué modo sacarle el máximo provecho a la estadía en el apasionante rincón turco que se inmortaliza en fotos, se graba en la memoria, y se lleva eternamente en nuestro corazón.