El don que desde hace años le permite a Adele hechizar a multitudes con su enigmática voz, o ejecutar instrumentos y componer temas de manera extraordinaria, no la esclaviza. Esta reconocida artista internacional de innegable talento elige ganarse la vida a través de la música pero no deja que las exigencias de la industria la dominen y la obliguen a una permanente exposición pública que le resulta incómoda. Si bien puede ocurrir que en el competitivo universo musical alguien la destrone, Adele prioriza su bienestar y pone sus límites cuando los cree necesarios sin temerle a las consecuencias.
Buscar