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En la mesa chilena, la tierra y el mar se fusionan en ingredientes locales que dan lugar a diversos tipos de comidas. Los pescados y los mariscos conviven con los productos del campo y de la montaña, abriendo un abanico de opciones que es muy valorado por todos los viajeros que arriban a la nación trasandina. En su gastronomía también se combinan tradiciones ancestrales de los pueblos originarios con los aportes de los europeos y las costumbres forjadas por los criollos. Los chefs de hoy, además, incorporan su creatividad y capacidad de innovación para forjar una identidad culinaria multifacética y acorde al siglo XXI.

Del cordero patagónico a la quínoa norteña, pasando por los ostiones del Pacífico y el maíz de la zona central, los productos naturales brillan en los restaurantes de Santiago y del resto de Chile. Platos típicos como el caldillo de congrio, el ceviche, la humita, el charquicán y el arrollado de huaso se lucen en los establecimientos tanto como las mejores recetas italianas, españolas, francesas, japonesas y de otras latitudes.

Una recorrida gastronómica

En nuestra última visita a la capital chilena tuvimos la oportunidad de visitar cuatro restaurantes representativos de la cocina regional. Cada uno con su idiosincrasia y sus rasgos distintivos, pero todos con una particularidad en común: su excelencia. Gracias a los platos degustados y a la inmejorable atención que recibimos, disfrutamos experiencias imborrables en los sucesivos pasos de nuestro recorrido.

En el restaurante Giratorio, las delicias servidas encuentran su complemento perfecto en la vista panorámica que ofrece el salón. Por su ubicación en el piso 18 de una torre en la Avenida Nueva Providencia y su estructura que gira en 360º, los comensales tienen la posibilidad de deslumbrarse con el paisaje del gran Santiago.

Debajo de Giratorio, cuya inauguración tuvo lugar el 29 de agosto de 1981, tres motores eléctricos hacen que el recinto complete una vuelta cada ochenta y cinco minutos. El paseo, apacible y fascinante  a la vez, nos deslumbró.

Los ravioles artesanales rellenos de espinacas, albahaca y reducción de merlot; los medallones de congrio dorado sobre provenzal de mariscos; la trilogía de ceviches; el lomo de cordero saltado a la peruana con salsa criolla; y el atún en su punto son algunas de las opciones que brinda este restó especializado en cocina internacional con toques chilenos, ideal para la hora del almuerzo o para disfrutar de una cena al atardecer o noche disfrutando una excelente gastronomía con una vista imperdible.

Las carnes ultra Premium y deliciosas especialidades a la grilla son la vedette de Rubaiyat Chile, pero su menú incluye mucho más.

Emplazado en el más exclusivo polo gastronómico de la capital, sobre la Avenida Nueva Costanera, el lugar abrió sus puertas a comienzos de 2016 siendo el noveno en el mundo y desde entonces, ha recibido numerosas distinciones en reconocimiento a su servicio como Mejor Restaurant Nuevo, Mejor Restaurant de Carnes, Mejor Carta de Vinos, Top 10 Gastronómico y Excelencia en el Servicio.

Su ambiente, acogedor y refinado, nos cautivó apenas ingresamos. En la carta, que aúna tradicionales sabores de España y Brasil con imperdibles platos donde las estrellas son los productos locales mar y tierra de reconocida riqueza, encontramos exquisiteces como las mollejas de corazón, los locos a la parrilla, la fideuá de camarones, el carpaccio de setas portobello con piñones y aceite de trufas, el pulpo al horno y la torta Rubaiyat como dulce final.

Pese a su breve historia en Chile, la marca Rubaiyat nació hasta más de medio siglo, cuando Belarmino Fernández abrió el primer establecimiento en la ciudad brasileña de San Pablo: Figueira Rubaiyat. El nombre proviene de un poemario del escritor, matemático y astrónomo persa Omar Khayyam, quien ubicaba al buen comer y al vino por sobre el resto de los placeres mundanos.

Por eso en Rubaiyat Chile, al igual que en los demás locales del grupo, se privilegian las materias primas frescas de invaluable calidad, constituyendo la visita una excelente experiencia. La cava con más de doscientas etiquetas de vinos y el cuidado servicio contribuyen al éxito del restaurante, que exhibe una atractiva puesta en escena desarrollada a partir de su cocina a la vista con horno de piedra, el uso de materiales cálidos y el mobiliario fabricado con troncos de madera de ipé procedente de Mato Grosso del Sur así como sillas artesanales de auténtico cuero brasileño.

Rubaiyat Chile además dispone de dos salones en el segundo piso constituyendo el escenario perfecto para la realización de eventos familiares o de negocios.

 

Rincón de Valparaíso en Santiago

Durante nuestra estadía en la capital chilena pudimos saborear delicias costeras sin necesidad de trasladarnos: La Perla del Pacífico es un restaurante temático inspirado en Valparaíso cuya especialidad son los pescados y los mariscos.

Con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, Valparaíso es una localidad inspiradora donde se respira arte, bohemia y gastronomía. Por eso los responsables de La Perla del Pacífico decidieron crear en Santiago un sitio especial para reunirse con amigos, conversar en familia o disfrutar en pareja con la compañía de los mejores platos criollos y una copa de buen vino.

Los productos frescos procedentes del océano, como el pulpo, la langosta, la centolla, los calamares y los camarones, brillan en la carta de este espacio que se autodefine como una “embajada” del puerto de Valparaíso en Santiago. La selección de frutos del mar, el mariscal porteño, el ceviche, el atún sellado, el salmón ahumado, la paila marina, la merluza austral al cancato y el congrio a lo pobre forman parte del destacado menú de esta perla de la gastronomía de la ciudad.

Nuestro tour gourmet por Santiago también nos llevó al bar y restaurante Liguria de Avenida Providencia, conocido como Liguria Manuel Montt. La cadena, fundada en 1990, cuenta con otros locales que recuperan la tradición bohemia de los años ’70. Tres de las sedes se hallan en la comuna de Providencia, mientras que la restante se luce en el casco histórico de la capital. Este último emprendimiento, el más reciente del grupo, funciona en una antigua casona que supo albergar al Instituto Chileno Francés de Cultura.

Todos los miércoles, Liguria se transforma en la visita obligada de los turistas extranjeros que pasean por Santiago, ya que ese día se ofrece un espectáculo de cuecas, cumbia y tango. El show se desarrolla mientras los comensales saborean exquisitos pescados, guisos, carnes, pastas, picoteos o sándwiches, maridados con alguno de los ciento cincuenta vinos de su cava.

El pastel chilote, el ossobuco a la cerveza negra, los porotos con almejas, los ostiones salteados al merquén y las machas a la parmesana están entre las alternativas a elegir en Liguria, restaurante que cuenta con un Departamento de Inocuidad Alimentaria y desarrolla un programa de inclusión laboral a través del cual incorpora trabajadores con discapacidad intelectual a su plantilla.

 


Autor: Editorial Sólo Líderes